LEYENDA: LAS TORRES DE HANOI.
…al crear el mundo, Dios situó sobre la Tierra tres varillas de diamante y sesenta y cuatro discos de oro. Los discos son todos de diferente tamaño y fueron colocados en orden decreciente de diámetro sobre la primera de las varillas. Además Dios creó un monasterio y sus monjes tienen una tarea: trasladar todos los discos desde la primera varilla a la tercera. La única operación permitida es mover un disco de una varilla a otra cualquiera, con la condición de que no se puede situar encima de un disco otro de diámetro mayor.
La leyenda dice que cuando los monjes terminen su tarea, el mundo se acabará.
Con esta leyenda se creó un juego llamado, “Las Torres de Hanoi”. Podemos jugar con unas cuantas monedas de distintos tamaños representando la situación (varillas y discos) o realizar una simulación por ordenador. Así que para empezar os propongo este reto, vamos a jugar:
http://www.uterra.com/juegos/torre_hanoi.php
Es un juego clásico de lógica y estrategia. Podemos complicar el juego suponiendo que trabajamos con más discos. Seguramente si lo hemos solucionado con tres discos podremos aplicar la lógica usada para un problema más complejo. Lo importante es que encontrar la relación entre movimiento, disco y torre. Es decir, según en qué movimiento nos encontramos, saber qué disco mover y a qué torre.
Como ya sabemos el juego cumple muchas funciones en la infancia: desarrollo motor, desarrollo intelectual, desarrollo afectivo y desarrollo social. Y existen muchos juegos y “mas formas de jugar que juegos” (A.BISHOP, 1998). También lo encontramos en muchos entornos: formales (educación, formación para el empleo, etc.) e informales (ocio, tiempo libre, etc.). E incluso diferentes juegos para todas las edades.
Un ejemplo el desarrollo de habilidades sociales cuando hacemos colecciones y tenemos que negociar para cambiar cromos. ¿Quiénes son las personas que mejor negocian? Probablemente los niños y las niñas. Y ¿qué hacen continuamente las niñas y niños? Jugar. Negociar para ellos es un juego. Algo nos pasa en el camino de niño a adulto que perdemos esa habilidad. Pero ahora tenemos la oportunidad de volver a ser niños…Jugando las personas adultas también aprenden y de manera vivencial, podemos aprender y comprender mejor nuestro entorno laboral y personal, sus características, posibilidades y potencialidades.
Los juegos de simulación que permiten experimentar con realidades alternativas. En muchas empresas y organizaciones se realizan simulaciones a pequeña o gran escala para aprender a actuar en situaciones donde se requiere una alta atención: simulacros de emergencias, accidentes, evacuación, reparaciones, seguridad, aprender a moverse en espacios o con herramientas nuevas, etc. En muchos casos las simulaciones pueden ser agotadoras y muy reales, La clave es saber lo que se tiene que hacer antes de que ocurra, ensayando, trabajando de manera conjunta.
En otros casos el juego se usa para motivar e implicar tanto a personas empleadas como a clientes reales y potenciales. Funciona por que es una forma rápida de aprendizaje y permite la transferencia de lo aprendido de un entorno simulado a uno real. De esta manera podemos experimentar sin miedo, activar nuestra curiosidad y disfrutar lo que hacemos. Por ello cada vez más las empresas y organizaciones recurren a la gamificación para atraer y fidelizar talento o clientes.
El juego es una herramienta convincente que introduce información, vida, contexto, orden a los hechos, construye lealtad, afinidad, inspira entusiasmo, desarrolla competencias y facilita el cambio. Así que ¿a qué esperas? Gamifícate y empieza a jugar para aprender más y mejor.