En la era actual del Storytelling por antonomasia, cada vez resulta más difícil generar historias que impacten y calen en lo más hondo de las personas.
Nos pasamos el día consumiendo historias con un alto contenido emocional. Desde impactantes vídeos virales en las redes sociales, hasta exitosas series creadas por plataformas como Netflix cargadas de drama, acción y emoción, cuyo objetivo principal es enganchar a la audiencia.
Pero, ¿cuáles son las claves para conseguir que nuestra historia no solo emocione y enganche, sino que genere un impacto tan fuerte en la audiencia que se grabe en su memoria de forma permanente?
Las emociones son la respuesta, y más concretamente las emociones primarias. Su potencia y efectividad para contar historias impactantes es realmente ilimitada. Y la razón es tan simple como que el ser humano se mueve por emociones. Es nuestro motor principal en la toma de decisiones.
Cuando escribimos historias, ya no solo debemos hacerlo siguiendo una estructura clásica como el viaje del héroe que contenga los elementos fundamentales, con sus personajes principales, su introducción, nudo y desenlace. Hay que hacer uso de las emociones de forma continuada para lograr nuestro objetivo: ser recordados.
A continuación, 4 claves que conseguirán que tu historia pase de ser una buena historia, a ser una historia memorable.
1. Genera conflicto.
Aristóteles dijo:
“Sin conflicto no hay acción, sin acción no hay personaje y sin personaje no hay historia”.
Toda historia se debe fundar en un conflicto efectivo y emocional, en el que las fuerzas opuestas, sean personas, ideas, actitudes o una mezcla de ellas, estén proporcionalmente estructuradas de modo que el desenlace esté en duda. El conflicto es la fuerza que impulsa a una buena historia, pero, ¿por qué es así? La respuesta reside en la naturaleza humana. Como humanos instintivamente buscamos armonía y balance en nuestras vidas, no soportamos estar fuera de sintonía con nuestro entorno. Así es que, tan pronto como la armonía es interrumpida, hacemos lo que sea para re establecerla. Evitamos situaciones desagradables, de tensión o de ansiedad. Si tenemos un problema tratamos de resolverlo. El conflicto nos fuerza a actuar. Por lo tanto, una historia se pone en movimiento por el cambio que interrumpe esta sensación de armonía. Una buena historia siempre se centra en la lucha por defender o recuperar la armonía.
2. Genera sorpresa.
La sorpresa es una de las emociones primarias de acuerdo a la clasificación de Robert Plutchik en su teoría psico-evolucionaria de la emoción. Es un estado cognitivo relacionado con lo inesperado que puede ser positivo, placentero, negativo o chocante. Nos lleva a un nivel de consciencia caracterizado por el desarrollo de procesos afectivo-cognitivos. Con esta capacidad aumentada de memoria del pasado y anticipación del futuro, el campo de la consciencia se ensancha infinitamente, contribuyendo así a fijar el recuerdo en el individuo.
3. Genera empatía.
La empatía tiene origen biológico y son las neuronas espejo las responsables de esta capacidad. La empatía de tipo emocional, definida por Daniel Goleman, autor de Inteligencia Emocional, y que es la que se origina en la parte más primitiva del cerebro, es la más efectiva en lo que a Storytelling se refiere, ya que es la que nos lleva a sentir lo que siente físicamente la otra persona y por lo tanto, a sentir lo que el protagonista de la historia que estamos contando siente. Para ello y como propone el Dr. Paul Zak pionero en neuroeconomía y autor de “Why Your Brain Loves Good Storytelling, utilizaremos los Insights. No hay nada tan poderoso como encontrar un buen insight que encaje con la historia que estás contando. Busca esa verdad, ese pensamiento, creencia interna o ese hábito tan interiorizado de tu oyente o lector y vincúlalo a tu historia. El insight es para el Storytelling, la oportunidad que tiene el comunicador para poder generar una conexión emocional perdurable.
4. Genera emociones. Y cuantas más mejor.
El doctor Robert Plutchik, creó en 1980 la rueda de las emociones. En ella habla de emociones básicas y emociones avanzadas. Las básicas son las primarias: Alegría, la tristeza, la anticipación, la confianza, el miedo, la ira, la aversión y la sorpresa. Las 9 emociones básicas se mezclan entre sí para crear nuevas emociones, sensaciones o sentimientos. Sean positivas o negativas, toda historia debe generar varias emociones. Si no es así, el receptor empieza a aburrirse, pierde el interés y la historia pasa al baúl del olvido.
Contar nuestra historia haciendo un viaje por una montaña rusa emocional es esencial en Storytelling.
Éstas y otras y técnicas son las protagonistas de nuestro curso en Storytelling. Un apasionante viaje hacia al antiguo arte de contar historias que busca conectar, emocionar y hacer soñar a través de las palabras. Cubriendo así la necesidad humana más básica: comunicarnos con otras personas para ser parte de algo más grande que uno mismo.
Storytelling: Cómo, cuándo y dónde aplicarlo (3ª edición).